jueves, 4 de julio de 2013

LA NOVIA Y LA CHULERÍA

Era costumbre que en la puerta del recreativo se reuniera bastante gente, una noche estábamos un gran número de gente en la puerta, sentados en la acera o en el escalón del Dorca que era la casa que se encontraba junto al recreativo.Todos en la puerta viendo pasar la gente, en esto que pasa un chaval con su novia montado en su moto. El hecho de que hubiera gente mirándole le hace grande al chaval y no se le ocurre otra cosa que para subir la cuesta, casi en la puerta, le da por hacer el caballito con la moto pillando a su novia desprevenida cayendo ésta de culo en medio de la calle y siguiendo él hacia arriba haciendo el caballito. Cuando se da cuenta de que le falta algo baja la moto, mira hacia abajo, se da la vuelta y se viene por la calle abajo despacio mirándola. Mientras tanto ella en silencio con los brazos cruzados le espera. Creo que todos los que estábamos allí, el capote, alex y otros pocos nos quedamos guardando la respiración, mirando sin decir nada y esperando a ver qué pasaba. Cuando se acerca a la novia da la vuelta a la moto, la novia se vuelve a montar y en ese momento le dió al tío la colleja más sonora que he escuchado en mi vida con su correspondiente..."¡¡¡¡gilipoyas!!!, fue hasta entonces hasta que no nos partimos de risa, mientras se iba hacia arriba el colega sin decir ni pío. Momentos inolvidables.
                                               (foto aproximada (y mejorada), porque realmente no tenemos la foto del momento)

EL TRABOL Y SU VARIANT

Domingo por la tarde, el recreativo lleno, la calle llena, era invierno, los chavales que tenían moto daban vueltas por ahí, iban llegando y yéndose aleatoriamente. En eso escuchamos la moto del Trabol, una especie de Derbi Variant con todas las modificaciones echas y alguna más, se oye desde lejos, viene bien ligerito, él siempre medía las distancias, es decir, frenando en la puerta del Castillito llegaba al recreativo de lado porque desde que frenaba la moto se le ladeaba y venía así por toda la calle.
Todos los que estábamos allí nos asomamos para verlo venir. Esta vez no funcionó del todo: Delante de la puerta del Castillito había gravilla con lo que las distancias ya no cuadraban y sí se puso de lado pero con la cara también desencajada de manera que venía bien ligerito por la calle con los frenos casi con los dedos pegados. Todo el mundo se quitó del medio menos los que estaban jugando al futbolín que con los ruidos de las bolas y la música ni se dieron cuenta mientras manolillo se metía por la puerta del recreativo y la moto se sostuvo entre el escaparate y la pared sujetándose él mismo al borde del futbolín que fue entonces cuando los que jugaban se dieron la vuelta y vieron la moto casi encima. Creo que todos nos reímos aunque al Trabol le costó algo más reírse tras superar el susto de no haber cogido el escaparate por cuenta. Desde entonces venía ligero, como íbamos todos, pero ya se cuidaba de la frenada, toda una pasada.